?: Nunca terminaré de acostumbrarme.
La oscuridad, las cosas horribles, este planeta.
Húmeda y apestosa,
esta niebla es peor que la noche,
más densa.
Este pantano parece interminable.
Tengo que cruzar al otro lado,
pero el agua llega hasta las rodillas,
y caminar se hace pesado.
No era un lugar sencillo de atravesar, eso estaba claro.
Entre la hostilidad del entorno y las temibles bestias que lo acechaban,
un valiente P-bot se abría paso entre los altos pastizales.
P-bot: Buena suerte, si que tuve mucha suerte.
Sin ayuda, nunca habría llegado tan lejos.
Supongo que eso es algo positivo.
Algo había estado removiendo la superficie del agua, hasta hace un momento. Algo que no eran sus pasos.
Sabía que las bestias eran sigilosas, pero el P-bot es muy valiente y también sabía moverse en silencio.
P-bot: Debo asegurarme de cargar esta cosa a la próxima.
Seguía avanzando, pero había sacado algo de un bolso de cuero a su costado. Era una pistola, o eso parecía. De las antiguas.
Sus dedos metálicos la tocaban con cuidado, conscientes del riesgo de dejarla marcada.
Al tiempo que inspeccionaba meticulosamente el arma, continuaba su marcha.
Luego de unos minutos más de alta vegetación, el P-bot se detiene unos segundos, antes de cruzar un último umbra.
P-bot: Aquí es, llegué.
La suciedad acumulada en sus pies no parecía importarle.
sus ''ojos'' brillaban con un amarillo eléctrico, fijándose en todos los detalles de la estructura, calculando.
Ahora observaban otra cosa, algo al frente.
El fango y la hierba quedaban atrás; ahora sentía concreto bajo sus pasos.
P-bot: La puerta parece intacta.
¿Estoy a tiempo?
Espero que sí, sería un problema si no.
Metió la mano en su bolso una vez más. Era un bolso curioso, hecho a mano, adornado con piedras y pequeños objetos brillantes cosidos en una especie de patrón.
Muy bonito y distintivo.
Esta vez sacó algo diferente: un documento plastificado, maltratado por el tiempo.
Extendió una mano hacia un lado de la puerta, y esta se abrió de golpe con un chirrido, haciendo volar polvo y rasgando la vegetación a su alrededor.
El P-bot se cubrió el rostro con un extremo de su poncho mientras tosía suavemente.
P-bot: Nadie, bien.
Ahora, a cargar esto y largarme de aquí.
Se arrodilló, echó un vistazo hacia adelante y tomó una postura como de carrera.
Entonces salió disparado, a toda velocidad.
Sus "ojos" fijos en el objetivo.
Las sombras del pantano se alargaban,
sus brazos delgados y codiciosos deseando atraparlo,
extendiéndose desde la oscuridad,
intentando poner fin a su noble misión.
Pero el P-bot no se detiene.
No titubea.
Y no mira atrás.
Excelente historia 👌